Lima... Destino para el paladar

Las caminatas limeñas oscilan entre lo real y lo desproporcional, entre su informalidad y sus rincones, pero también en su festín de aromas y sabores que llena de recuerdos la bolsa del viajero.

Un viaje recorre diversos planos y nos deja un detallado recuerdo de algunos sitios. Lima, la capital de Perú, esta llena de imágenes que se instalan en eso que Milan Kundera llama "memorias poéticas": la excelencia estética, la fuerza intelectual y la sabiduría antigua emanan de sus calles, como si la ciudad fuese un reconocido escritor o un viejo pintor de batallas.

Sus imágenes multiculturales, sus contrastes e infinitos matices son lo que da vida a la Lima de hoy; y si los limeños llevan los piropos en la punta de la lengua, es por el estómago que saben conquistar.

Abrir el apetito con un ceviche es de ley. Si uno llega a la costa peruana y no prueba el ceviche, no ha conocido Perú. El secreto está en el ají limo, oriundo del país, en la cebollita roja, pero sobre todo en el sazón y la "mano" de quien lo prepara. Por esa razón, resulta muy complicado afirmar cuál cevichería es mejor: Pescados Capitales, La Mar, Alfresco, Cala, Naylam, Canta Rana, Punto Azul... Hay tantas que si uno se queda algunos días querrá probarlar todas.

Los mercados son otro atractivo culinario. En ellos un extranjero quedará impactado con las lúcumas que luchan por salirse de su cáscara, o las chirimoyas de tan peculiar sabor. Toda una variedad de frutas y verduras con las que han sido bendecidos los peruanos, materia prima de sus más suculentos potajes. Así están el Mercado No.1 de Surquillo y la Biofera que se arma todos los sábados por la mañana a espaldas del parque Reducto, en Miraflores, con los mejores productos orgánicos, pero si de refrescar la garganta se trata nada mejor que un Pisco Sour o una buena Inca Kola.

¡Provecho y Buen Viaje!